Óbidos, la Villa de las Reinas

Óbidos es un paseo sinuoso por las calles medievales de una ciudad blanca, amarilla y azul.
Brillante, luminosa, acogedora, habitada por poetas y artistas atraídos por el romanticismo de este pequeño municipio de Portugal, se encuentra a escasos 75 kilómetros al norte de Lisboa.

Castillo de Óbidos

Una completa y bien conservada muralla almenada del s. XIII recoge los secretos y tesoros que se encuentran dentro, y han sido tan celosamente protegidos que ningún atisbo de modernidad estridente ha llegado a cruzar la fortaleza. De ella proviene parte de su historia, ya que la ciudad fue trasladada en el s.V, tras la caída del Imperio Romano, de su emplazamiento original en el valle hasta la colina donde se encuentra en la actualidad.

El nombre Óbidos viene del latín oppidum, que significa ciudad fortificada, pero fueron los árabes, alrededor del año 713, quienes, tras la ocupación, construyen la muralla.
La ciudad fue reconquistada en el año 1148 por Alfonso I, primer rey de Portugal. Un siglo más tarde, en el 1210, su nieto Alfonso II de Borgoña le ofrece la villa a su mujer, doña Urraca de Borgoña, repitiéndose este hecho en posteriores ocasiones; Don Dionisio y la reina Santa Isabel celebraron aquí su boda, siendo la villa su regalo de bodas.
Hasta el s. XIX, año 1834, muchas soberanas recibieron esta villa como regalo de bodas, conociéndose así como la “Villa de las Reinas”.

Iglesia de Santa María en Óbidos

La puerta principal de acceso a la villa es la Puerta del Burgo, del año 1380. En su interior se encuentra el oratorio dedicado a Nuestra Señora de la Piedad adornado con unos impresionantes azulejos en tonos azules del s.XVIII. Dentro podremos vagar por las calles adoquinadas dejándonos seducir por los encantos de la ciudad y los colores de las buganvillas.

La Iglesia de Santa María es la principal del municipio, vestida de blanco y con portada de piedra. Por fuera es similar a las otras, pero dentro destaca un revestimiento en azulejería barroca del s. XVII. Sobre la colina, en lo más alto del pueblo, podremos encontrar el castillo, convertido en palacio real en el s. XVI y que actualmente funciona como pousada. Desde este lugar podemos acceder a lo alto de las murallas, a los puntos panorámicos desde donde poder admirar las increíbles vistas a la Laguna de Óbidos o al acueducto, del s. XVI y mandado construir por Catarina de Austria, con tres kilómetros de longitud.

Fotos: Fr Antunes

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