Los lugares de la Orden de Malta

Todos sabemos de la existencia del Vaticano, una ciudad-estado ubicada en la ciudad de Roma, Italia, que además es el país más pequeño del mundo. Lo que no sabe mucha gente es que existe otro lugar, mucho más pequeño aún, que vive envuelto en la polémica de una situación un tanto inusual para el Derecho Internacional: la Orden de Malta.

Crac de los Caballeros

 

Esta Orden, cuyo nombre real es Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, surgió en el siglo XI en Jerusalén, en plena época de cruzadas y en un marco católico de lucha contra el Islam.
Ya desde sus inicios la Orden gozó de una cierta autonomía, aunque siempre bajo el manto protector del Papa. A lo largo de los siglos pasaron por Chipre, Rodas y Malta, aunque en la actualidad  son un estado sin territorio. Para ser más correctos, un Ente independiente de Derecho Internacional.

Ciudad subterránea de Acre

La Orden de Malta tiene relaciones diplomáticas con 104 países, con la Santa Sede y con otros muchos organismos internacionales, a través de representantes o embajadas, aunque sus intereses no están encaminados en ningún caso hacia la política, sino hacia la beneficiencia, principalmente a través de asistencia médica y humanitaria.

Dejando a un lado la labor que ha desarrollado durante estos siglos y centrándonos en los lugares en los que esta Orden de Caballeros ha vivido, nos encontramos con maravillosos destinos turísticos con un siempre valorado componente histórico. Tenemos la gran suerte, además, de que sus edificios, palacios y fortalezas se han conservado admirablemente a lo largo de los siglos, lo cual nos permite contemplarlos tal y como eran en sus épocas correspondientes.

Palacio del Gran Maestre de Rodas

Su primera sede fue el Crac de los Caballeros, un impresionante castillo en Siria, en el camino de los peregrinos a Tierra Santa. Esta inmensa fortaleza fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El castillo posee una valiosa capilla adornada con frescos de la época de las cruzadas.

Tras la toma de la fortaleza por los musulmanes, los Caballeros se trasladaron a San Juan de Acre, en la actualidad Acre, en Israel. Eran los tiempos de la Tercera Cruzada cristiana.
Acre es una bonita localidad costera cuya ciudad vieja es Patrimonio de la Humanidad y que, además de ser lugar santo del bahaísmo, cuenta en su ciudadela con múltiples muestras de la presencia de la Orden.

En el año 1291, tras perderse los últimos territorios cristianos, los Caballeros de la Orden, viajaron a Chipre, donde estuvieron poco tiempo. A continuación, en el 1310, se instalaron en Rodas.

El Papa tardó poco tiempo en acreditar como propietarios de la Isla a los Caballeros Hospitalarios, como también son conocidos.
En Rodas construyeron fortalezas que les sirvieron de defensa frente a posibles ataques,  pero dos siglos después, como si ese fuera su destino, volvieron a ser expulsados por los musulmanes.
El legado que dejaron para la historia fue una preciosa ciudad medieval, que también ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. En ella se pueden visitar el Palacio del Gran Maestre, la antigua catedral o el Hospital, estos dos últimos reconvertidos en museos.

Unos años más tarde de su expulsión de Rodas, Carlos V le donó a la Orden de Malta la islas del archipiélago que les ha dado su reconocido nombre, además de la ciudad de Trípoli.
La Valeta, capital de Malta y Patrimonio de la Humanidad, es un claro ejemplo de la influencia que dejaron los Caballeros en esta zona. El Parlamento está ubicado en lo que fuera Palacio del Gran Maestre, la bella Concatedral de San Juan fue construida por la Orden y se pueden ver multitud de edificios y fortalezas de la época.
Algunos de los lugares más significativos son el Fuerte de San Elmo o el Fuerte de San Ángel, donde vivió el Gran Maestre y donde actualmente se realizan actividades culturales relacionadas con los Hospitalarios.

Concatedral de San Juan

La Orden sufrió el asedio de los otomanos, quedándose sin parte de sus posesiones, aunque no fue hasta la llegada de Napoleón, ya en el siglo XVIII, cuando se tuvieron que marchar, perdiendo totalmente su soberanía territorial y empezando una nueva etapa.

Después de ese suceso, la Orden de Malta sufrió numerosas vicisitudes, entre ellas su peregrinar por varios lugares de Italia y un sorprendente golpe de estado por parte del Zar ruso.

En 1834, finalmente, se estableció en Roma, donde tiene su sede desde entonces, en el Palacio Magistral (Via dei Condotti, 68) y en la Villa Magistral en el Monte Aventino. El primero es la residencia del Gran Maestre de la Orden, además de la sede del gobierno, y la segunda es la Embajada ante la Santa Sede y la República de Italia. Esto puede ser un motivo más de la lista de por qué visitar la capital italiana.

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