Decía el poeta Ranier Maria Rilke «He buscado por todas partes la ciudad soñada, y al fin la he encontrado en Ronda…No hay nada más inesperado en España que esta ciudad salvaje y montañera.»
Ronda es, en efecto, una ciudad increible, que sorprende al viajero con su fisonomía y por su localización, en lo alto de una meseta que parece haber sido cortada por un cuchillo para dejar paso al río Guadalevín.
Esta localidad malagueña, que arrebata con su belleza, es además una de las más antiguas de España. La zona contaba ya con presencia humana en el Neolítico, y prueba de ello son las diversas cuevas desperdigadas por estos parajes, la más conocida la de La Pileta, en la que hay pinturas rupestres de aquella época.
Aunque celtas, romanos, suevos y bizantinos pasaron por estas tierras, el período histórico de mayor esplendor lo protagonizaron los musulmanes, que llegaron en el siglo VIII y no se marcharon hasta el XV. Ronda llegó a ser por unos pocos años un Reino de Taifas, reino independiente musulmán.
Tiempo después, en el siglo XVI, se creó la Real Maestranza de Caballería de Ronda, una institución aristocrática fuertemente vinculada con la ciudad, y que es dueña de la Plaza de Toros, una de las más antiguas del mundo. En esta plaza se celebra cada año una corrida goyesca, de gran espectacularidad por los trajes de los toreros, que recrean las vestimentas de la época de Francisco de Goya y por la belleza del coso.
Ronda es retratada a menudo con la perspectiva de su puente sobre el río Guadalevín, remarcando la profundidad del Tajo de Ronda, el precipicio de más de 100 metros de altura. El llamado Puente Nuevo, fue construido en el siglo XVIII y se considera el principal monumento de esta ciudad. Muy cerca se encuentra el Puente Viejo, primer puente de la localidad.
A la hora de visitar Ronda, podemos dividirla en el centro histórico, que guarda la mayor concentración de monumentos por una parte, y por otra los barrios extramuros; San Francisco, el barrio más antiguo fuera de las murallas, Mercadillo y San Miguel.
En el centro histórico, también conocido como La Ciudad, se encuentran, entre otros, la Iglesia de Santa María la Mayor y la Iglesia del Espíritu Santo, ambas levantadas sobre sendas mezquitas, el Palacio de Mondragón o Palacio del Marqués de Villasierra, de estilo mudéjar-renacentista, el Palacio del Rey Moro, en una de las paredes del Tajo de Ronda, la Casa del Gigante, el Alminar de San Sebastián, resto de una mezquita y de la Iglesia de San Sebastián, la Casa de San Juan Bosco o el Palacio de Salvatierra.
Las murallas rodean este casco antiguo. La puerta principal por la que se entraba a Ronda es la Puerta de Almocábar, del siglo XIII. En frente de ella está la Plaza de San Francisco, punto de acceso al barrio del mismo nombre.
En el Barrio de San Francisco destaca la Iglesia del antiguo Convento de San Francisco.
En el Barrio de San Miguel o Antiguo Arrabal Islámico se encuentran el Puente Árabe y los Baños árabes. Estas aguas termales tienen el honor de ser las mejor conservadas de España.
En el Barrio de Mercadillo, se pueden visitar la Plaza de Toros y el Parque de la Alameda.
Otros monumentos de interés son la Iglesia de Santa Cecilia, la Iglesia de Padre Jesús y el Convento de La Merced.
Fotos: Matías!
