Lo que pasó es que Berlín se ha ido convirtiendo con los años en una ciudad moderna, muy visitada por turistas de todo el mundo y con un espíritu joven. Siempre es un buen momento para visitar la capital germana, pero quizás el 2009 sea un momento realmente especial.

En Berlín, obligatoriamente, hay que ver el Muro. Todavía se conservan algunas partes y hay algunos lugares especialmente significativos, como Checkpoint Charlie, puesto fronterizo para los extranjeros que querían entrar en la antigua Alemania del Este. Hoy en día es un museo dedicado a la historia del muro.
En lo que era tierra de nadie está la famosa Puerta de Brandeburgo, símbolo de la unificación.

Es evidente que todo en esta ciudad gira alrededor de su historia más reciente, aunque haga por reinventarse. Este año, al menos seguirá siendo así.
Si estás pensando en ir a esta celebración, te será de gran ayuda el pdf que la Oficina de Turismo alemana ha elaborado con la lista de actividades que se pueden realizar. (En inglés).

Si vas buscando algo distinto, puedes ver la Isla de los Museos o las viviendas modernistas, que son Patrimonio de la Humanidad.

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Este país fue colonia de los Países Bajos durante más de 100 años, por lo que son indudables las influencias holandesas en la arquitectura, la lengua y otros aspectos culturales.
Aunque en la actualidad Surinam es independiente, aún sigue teniendo el neerlandés como idioma oficial y no hay más que darse una vuelta por Paramaribo para recordar el país europeo, sobre todo si nos fijamos en sus edificios y sus canales.

Pero Paramaribo no es sólo una antigua colonia holandesa. También es una ciudad que con el paso de los años se ha convertido en una urbe multicultural. No es extraño, por eso, descubrir que mezquitas, sinagogas, templos hindúes e iglesias cristianas comparten territorio, al igual que numerosas etnias de distintas procedencias, entre las que sobresalen los hindúes, criollos y africanos, aunque también hay caribeños, chinos, europeos, etc. o que el Sranang Tongo o surinamés, segunda lengua del país, sea una mezcla de distintos idiomas.

Qué ver en Paramaribo

El centro de la ciudad es la Plaza de la Independencia o Onafhankelijkheidsplein, donde están el Palacio Presidencial y la Asamblea Nacional. También el Mercado de las Flores, de un gran colorido.

Otros lugares de interés son la Catedral Católica de San Pedro y San Pablo, que se cree es el edificio de madera más grande de América, el Fuerte Zeelandia, que sirvió de cárcel para prisioneros políticos, el Museo de Surinam, el Museo de Numismática, la Sinagoga Neve Shalom, con el suelo de arena blanca o el Mercado Central, donde se puede comprar desde frutas tropicales hasta cangrejos frescos.

Paramaribo es una ciudad para recorrer a pie, contemplando sus casas coloniales de madera, pasear por las orillas de los canales o atreverse con un paseo en barca por el río Surinam en busca de los manglares, que no son accesibles a pie. Para ello no tendremos más que acercarnos hasta el Waterkant, una de las orillas del río, donde seguro que encontraremos a un pescador que nos lleve hasta allí.

Cuándo viajar a Paramaribo

Dada la variedad de religiones en Surinam, casi en cualquier época del año disfrutaremos de alguna fiesta: el Holi Phagwa hindú, el Id al-Fitr musulmán o la Navidad cristiana, aunque si podemos elegir, será mejor viajar entre enero y marzo, que es cuando las temperaturas son algo más bajas, ya que la situación geográfica del país hace que Paramaribo tenga un clima tropical muy cálido y húmedo con frecuentes lluvias.

Foto del Fuerte Zeelandia: Bart van Poll

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Es muy recomendable hacer uso del transporte público para visitar la ciudad, ya sea skytrain, autobús, barco, metro, taxi o tuktuk. Este último, el más peculiar de todos, es una especie de moto-carro en la que el pasajero va montado en la parte de atrás. Aunque es algo muy típico de Tailandia, viajar en uno de estos vehículos es bastante peligroso, dado el gran tráfico que hay.

Los principales lugares para visitar en Bangkok son el Palacio Real y el Templo de Wat Pho.
El Palacio, que es en realidad un complejo de edificios reales, data del siglo XVIII y está rodeado por una muralla y por el río Chao Phraya. La más destacada de las edificaciones es el Templo Wat Phra Kaew, en el que se encuentra el Buda de esmeralda, una pequeña joya del siglo XV que es la figura de Buda más sagrada de todo el país, aunque hay muchas otras estancias que harán las delicias del viajero por su belleza.

Para entrar al Palacio hay que ir adecuadamente vestido, con pantalón largo y con camisa o camiseta con mangas. Si no cumples la normativa, en la entrada te prestarán prendas para taparte.
En los templos hay que entrar descalzos.

El Templo de Wat Pho está muy cerca del Palacio y es el más antiguo de la ciudad. En él se encuentra un gran Buda recostado de 46 metros de largo y 15 de alto, recubierto de pan de oro.

Otro templo cercano a los monumentos anteriores es el de Wat Arun, de arquitectura similar a la de Camboya y con una torre impresionante de más de 80 metros de altura. También están los templos de Wat Saket, Wat Benchamobophit, Wat Ratchanada, Wat Suthat y Wat Tramit. Este último alberga un gran Buda sentado de oro.

Uno de los barrios más característicos de Bangkok es Chinatown, que como su propio nombre indica, es el barrio chino, aunque se hayan establecido allí personas de otras nacionalidades, principalmente hindúes y nepalíes. Es un buen lugar para pasear por sus callejuelas, ya que al contrario que los barrios chinos de otras ciudades, no es un sitio peligroso.

Es posible pasear también por los mercadillos. Los más famosos son el de Patpong, nocturno, donde se venden principalmente imitaciones de productos de marca y el de Chatuchak, que es el más grande del país, aunque sólo abre en días festivos. El regateo es algo habitual, y una manera de conseguir el producto a mitad de precio.

Es famoso también el centro comercial de MBK, en el que, curiosamente, también se puede regatear, a pesar de no ser un mercadillo callejero.

En Bangkok pueden hacerse otras actividades, como ir al Parque Lumpini a ver cómo la gente hace Tai-chi, asistir a un combate de Thai-boxing o Muay Thai, visitar el Museo Nacional, que es el más grande de todo el sudeste asiático, dar un paseo en barco por los canales de la ciudad o darse un relajante masaje tailandés.

Como recomendaciones, ten en cuenta que Tailandia es un país sumamente restrictivo con la droga. El tráfico de sustancias puede estar penado con cadena perpetua o pena de muerte.
Además, hay zonas de la ciudad donde hay muchos locales de prostitución, entre ellas la del mercado Patpong, por lo que no son recomendables para visitar con niños. Niños son también los más de 50000 menores de edad que son prostituidos sólo en Bangkok, siendo la pederastia, el SIDA y el turismo sexual las principales lacras de un, por otra parte, hermosísimo lugar.

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