Caño Cristales

Foto: rachelcifelli

El río de los cinco colores

Caño Cristales es conocido como «el río de los cinco colores», «el río del Arco Iris», «el río que se escapó del paraíso» o, simplemente, «el río más bonito del mundo». Todos estos sobrenombres se deben a la gran belleza de sus aguas, que aparentan estar teñidas de cinco colores: rojo, negro, amarillo, verde y azul.

Este fenómeno se debe a las algas de varios colores que se crían en su fondo y que hacen llegar a la superficie la sensación de estar viendo un mosaico de brillantes tonalidades.

Caño Cristales – Bajo el agua

Foto: megavas

Naturaleza en Caño Cristales

La zona donde se ubica el río cuenta con una gran biodiversidad. En la Serranía de la Macarena se pueden ver cientos de especies de aves, varias de reptiles y distintos tipos de mamíferos, entre los que destacan ocho especies de primates. Curiosamente, en el Caño Cristales no hay peces.

Buho en la Serranía de La Macarena

Foto: Aztlek

Cómo llegar a Caño Cristales

Hasta hace poco tiempo la zona estaba controlada por la guerrilla de las FARC y era muy peligroso intentar llegar hasta el río.
En la actualidad, la situación ha sido controlada y son numerosas las agencias turísticas que organizan viajes para ver esta maravilla.

Panorama de Caño Cristales

Foto: megavas

Llegar hasta Caño Cristales no es fácil. Primero hay que viajar hasta Villavicencio, la capital de Meta, que se encuentra a más de 80 kilómetros de Bogotá. Una vez allí, se toma una avioneta que vuela a La Macarena, pueblo desde el que se sigue el trayecto en barca por el río Guayabero. El último tramo es una ruta de unos ocho kilómetros a pie o caballo a través de la Serranía.
Un largo y cansado camino que merece la pena por la compensación de contemplar al que llaman «el río más bonito del mundo».

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La increible historia de Ganvié

Hace 200 años los Tofinu, una tribu de pacíficos agricultores, fundaron la ciudad sobre el lago cuando huían de las tribus esclavistas Fon, ya que estos no podían entrar al agua debido a que sus creencias religiosas se lo prohibían.

Aunque Dahomey, el sanguinario reino de los Fon, hace mucho tiempo que ya no existe, los habitantes de Ganvié y los poblados cercanos, asentados también sobre el agua, ya no han querido volver a tierra firme.

La vida en la Venecia africana

En Ganvié todo gira en torno al agua. Las mujeres se reúnen para vender sus mercancías en un colorido mercado que se desarrolla sobre canoas, mientras que los hombres se dedican a la pesca.
En esta zona se utiliza una técnica conocida como acadja que les permite aumentar de manera asombrosa la cantidad de peces capturados. Para ello se utilizan unas empalizadas hechas con ramas de árboles y dispuestas a modo de laberintos. Las mismas hojas de las ramas al pudrirse y las algas que allí se acumulan sirven de alimento a los peces, que quedan encerrados hasta que llega el momento de la captura, mediante nasas y redes.

El vudú en Ganvié

El vudú es la práctica religiosa con más adeptos en Ganvié. En los últimos años han proliferado los templos e iglesias de otras religiones, pero eso no es inconveniente para que aún perduren muchas supersticiones y creencias animistas.
La ciudad está incluida en todos los paquetes turísticos que se anuncian como «Ruta del vudú», aunque para los interesados en conocer la cuna del vudú es preferible visitar Ouidah, en el interior del país.

¿Por qué visitar Ganvié?

Porque supone algo diferente a lo habitual en África. Es verdad que alrededor de todo el mundo hay varias ciudades lacustres, pero conocer la historia de Ganvié y observar la manera en que sus habitantes se han adaptado al medio, es una experiencia única.

También porque está muy cerca de Cotonou, la principal ciudad de Benín. Desde allí no tendrás problema para llegar a Ganvié, ya que todas las rutas organizadas incluyen una visita a la localidad y un paseo en barca por sus canales.

Fotos: Sara&Joachim

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1. Santorini, en Grecia.

   

2. Cabo de San Vicente,en Portugal.
3. Sant Antoni de Portmany, en Ibiza, España.
4. Taj Mahal, Agra, India.
   
5. Monument Valley, en Utah, EEUU.
   
6. Río Mekong, China

   

7. Ciudad del Cabo, Sudáfrica
8. Stonehenge, Wiltshire, Gran Bretaña
9. Río de Janeiro, Brasil
   
10. Círculo Polar Ártico
    

Y para ti, ¿cual es la mejor puesta de sol?

Fotos: Santorini (Navin75), Cabo de San Vicente (graphiclunarkid), Sant Antoni de Portmany (a.chsanauskaite), Taj Mahal (Viajar24h.com), Monument Valley (Rob Inh00d), Río Mekong (jmhullot), Ciudad del Cabo (Mediatejack), Stonehenge (Fiona Cownie), Río de Janeiro (Charlie Phillips), Círculo Polar Ártico (Scott_J_)

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La apreciación no dejaría de ser algo subjetivo, si no fuera porque la N.A.S.A. pensó lo mismo y en el 2003 comenzó una serie de investigaciones encaminadas a desarrollar en esta tierra andaluza tecnologías que se pudieran aplicar en Marte.

Río Tinto se encuentra en una zona minera, la más grande a cielo abierto de Europa.
La alta concentración de sulfato férrico, que le da ese color tan característico, un pH muy ácido y el poco oxígeno hacen imposible que en sus aguas haya peces ni plantas. Curiosamente sí que viven en ellas algunos microorganismos habituados a condiciones extremas, que la N.A.S.A. cree que pueden ser similares a posibles formas de vida marcianas. De ahí el interés de la Agencia Espacial.

Este paisaje, de gran belleza por su colorido y sus increibles contrastes, ha sido declarado Espacio Natural Protegido de Andalucía.

Además del atractivo natural, la zona ofrece otras atracciones; la visita a los pueblos de Minas de Riotinto y Nerva, el paseo en el Ferrocarril Minero a lo largo de 12 kilómetros de vía restaurada, o la visita a la Mina Peña de Hierro, de la época romana.

Desde 1873 hasta 1954 las minas fueron explotadas por la sociedad británica Rio Tinto Company Limited, que se vió obligada a construir viviendas para sus trabajadores. Como recuerdo de aquella época, se pueden visitar el Museo Minero, antiguo Hospital, que guarda la historia del lugar a lo largo de 5000 años, y la Casa 21, una especie de casa-museo que muestra cómo era la vida cotidiana de aquellas personas.

Fotos: Óscar Megía

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Qué ver en Capadocia

Algunas de las ciudades principales de Capadocia son Aksaray, Nevsehir, Kayseri y Niğde, que de alguna manera delimitan la zona, ya que ésta no existe como demarcación territorial. Las visitas turísticas se concentran en el triángulo formado por Avanos, Nevsehir y Ürgüp.

Uno de los lugares más conocidos es el valle de Las Chimeneas de las Hadas, curiosas formaciones geológicas de una antigüedad de millones de años con dos partes: la inferior de tierra volcánica y la superior, en forma de paragüas, de basalto y andesita.
A medida que esta parte superior se deshace, la chimenea desaparece, aunque continuamente se están formando otras nuevas.

El Museo al Aire Libre o Parque Nacional de Göreme también goza de mucha fama. Este lugar, que los primeros cristianos eligieron como refugio, está repleto de cuevas, casas e iglesias rupestres excavadas en la roca y durante el siglo XI fue uno de los principales centros religiosos del país.
Las iglesias más conocidas son la de la Sandalia, la Oscura, donde se guardan los frescos mejor conservados, la de la Hebilla,  la de Santa Bárbara o el Monasterio de Mujeres, en cuyo interior, de cuatro plantas construidas en la roca, está la Iglesia de Kizlar.
Cerca de Göreme está la Iglesia del Nazar, del siglo X.

Otro Museo al Aire Libre es el de Zelve donde, de igual forma, se suceden las viviendas e iglesias en la roca. Está muy cerca del de Göreme.

Al norte de estos parques se encuentra Avanos, ciudad dedicada a la fabricación de alfombras y alfarería donde hay restos hititas, griegos, otomanos y selyúcidas.

Más al sur están Cavusin, con la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo V, donde durante la época bizantina se conservaron los restos de dicho santo, y la Iglesia del Gran Palomar. También las fortalezas trogloditas de Uchisar y Ortahisar, formadas de cientos de galerías excavadas en la roca. Destacan el Monasterio de Hallac, del siglo X, las iglesias prebizantinas y el Castillo de Uchisar.
En esa zona visitaremos Ürgüp, una ciudad de mayor tamaño, en la que se encuentran la Mezquita de Karamanogullari, el Mausoleo de Altikapi, la fortaleza de Kadi Kalesi y la Biblioteca de Tahsinaga.

Viajando hacia el oeste, la ciudad de Nevsehir, o ciudad nueva, nos presenta su fortaleza. Cerca de allí, otra ciudad troglodita, Aciksaray.

En los alrededores de Nevsehir se pueden ver varias ciudades subterráneas, construidas entre los siglos VII y XII para protegerse de los ataques de los pueblos invasores. A la seguridad de las viviendas en el interior de la roca, se añadió la fabricación de puertas de piedra que aseguraban un autentico aislamiento del exterior. Las más conocidas son Kaymakli y Derinkuyu, esta última se cree que albergaba hasta a cien mil personas.
Otras ciudades subterráneas son Tatlarin, con un número elevado de iglesias, Mazi y Özkonak.

Saliendo de esta zona está el Valle de Ihlara, donde se pueden ver la Iglesia bajo el Árbol, del siglo VI, la de Pürenli Seki, del siglo X, la de la Serpiente y la Egritas, del siglo IX.
También el pueblo de Güzelyurt, cerca del Valle de los Monasterios. En esta población se encuentra la Iglesia de Gregorio Nacianceno, que en la actualidad es una mezquita.

Otros lugares más alejados son Nigde, en cuyas proximidades está el Monasterio de Eskigümüs, con su iglesia de relieves bizantinos y sus frescos, o la ciudad de Konya, una de las más antiguas de Turquía. En esta ciudad se encuentra el Mausoleo de Mevlana Celaleddin Rumi, fundador de la orden sufi de los derviches danzantes. Aquí hay también un monasterio de dicha orden. Destacan, además, la Mezquita de Aladino, de la época selyúcida, la Madraza de Karatay y la Madraza de Ince Minarelli, además de los restos del antiguo Palacio Imperial Selyúcida.

En Hacibektas, ciudad natal del fundador de la orden Bektasi, también hay un convento de derviches, con un famoso museo.

Otros lugares para ver son los caravasares, edificaciones construidas para dar alojamiento y atenciones a los viajeros que se desplazaban con las caravanas por las distintas rutas que atravesaban el país. Los más famosos, el de Alay Han, el de Sultanhani y el de Agzikarahan.

Como curiosidades, en Capadocia está la ciudad más antigua de Anatolia Central, Catalhöyük, en la que se encontró la pintura paisajística más antigua del mundo, actualmente en Ankara. También se encuentra en esta zona Kus Cenneti, una de las reservas de aves más grandes del mundo.

Se puede visitar Capadocia de muchas maneras, algunas tan originales como en globo o en burro, y se pueden contemplar espectáculos fascinantes, como el de los derviches giróvagos, o danzantes.

Cómo llegar a Capadocia

Hay aeropuertos en Kayseri y Nevsehir, aunque lo habitual es llegar en avión desde el extranjero hasta Ankara y seguir el trayecto en autobús, coche o tren. Si lo hacemos así, podremos ver por el camino el famoso Lago Tuz o Tuz Gölü, lago salino que durante el verano pierde por evaporación la mayor parte del agua, dejando a la vista una capa de sal de unos 30 cm. de grosor. Otra más de las bellezas naturales que Turquía ofrece al viajero que la quiera conocer.

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