Lourdes

Para los católicos practicantes, Lourdes, en el sur de Francia, es un lugar de culto y peregrinación.
Para el resto del mundo, un sitio reservado a los anteriores.
Pero la verdad es que, independientemente de consideraciones religiosas, Lourdes es una bonita y curiosa ciudad cercana a los Pirineos, a la que merece la pena dedicarle al menos unas horas.

Basílica de Lourdes

La historia de esta localidad cambió el 11 de febrero de 1858, cuando a Bernardette Soubirous se le apareció la Virgen a las orillas del río Gave. A partir de ese momento se construyó el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, que hoy en día abarca la Gruta, la Basílica de la Inmaculada Concepción, la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y otros muchos edificios destinados a dar servicio a los miles de fieles que cada día visitan el lugar.

Río Gave de Pau a su paso por Lourdes

La ciudad vive prácticamente del turismo religioso, encontrándose por todas partes tiendas de souvenirs marianos, en los que se puede comprar desde un rosario hasta una garrafa de 5 litros para llevarse agua bendita. Ésta se puede recoger gratuitamente de las fuentes que hay dentro del Santuario.

Quizás la actividad que más gente reúne, además de las misas en la Gruta, sea la Procesión de las Antorchas, en la que los peregrinos desfilan frente a la Basílica con velas en la mano mientras se reza el rosario. Se celebra todos los días, desde marzo a finales de octubre, a las 9 de la noche y es de una gran belleza, ya que la ciudad se sume en la oscuridad mientras que permanecen iluminados las Basílicas, la estatua de la Virgen y el Castillo. En medio de todo, miles de velas girando en la misma dirección.

Castillo de Lourdes

Para todo aquel que quiera oir misa, hay cientos de posibilidades y horarios en varios idiomas. Este año además, se cumplen 150 años de las apariciones, por lo que se ofrece la oportunidad de realizar el Camino Jubilar.
Pero en Lourdes además se puede ver el castillo del s.XIV, que fue residencia de los condes de Bigorre o la torre defensiva, también del s.XIV que recoge en su interior un museo de artes y tradiciones populares de los Pirineos, subir al Pico de Jer en funicular, o simplemente dar un paseo por las orillas del río o visitar los pintorescos alrededores.