Comillas, en Cantabria, España, es una preciosa localidad costera muy conocida, entre otras muchas cosas por una impresionante Ruta del Modernismo, repleta de monumentos fascinantes, como el Capricho de Gaudí.
Este edificio, construido como residencia de vacaciones, recibió el nombre original de Villa Quijano, pero se le conoce como el Capricho, dado que fue, valga la redundancia, un capricho un tanto particular de un cuñado del Marqués de Comillas, que a su vez era suegro de Eusebi Güell, quien le encargara a Gaudí obras de tanto renombre como el Parque Güell, en Barcelona.
En la actualidad esta extraña construcción de estilo oriental, de ladrillo y cerámica de vivos colores verde, rojo y amarillo y adornada con girasoles, es un restaurante.
Gaudí también fue el artífice de la Puerta de Moro, en la casa del mismo nombre.
Por la localidad cántabra pasaron más arquitectos modernistas de la escuela catalana, como Lluís Domènech i Montaner.
Este arquitecto firmó la Fuente de los tres caños, la Universidad Pontificia, la estatua al Marqués de Comillas y el Cementerio de la localidad. Muy famosa, dentro de este cementerio, es la estatua del Ángel Guardián, de Josep Llimona.
Otro conjunto de gran belleza es el formado por la capilla, el panteón, el parque y el Palacio de Sobrellano, de Joan Martorell, encargado todo ello de nuevo por el Marqués de Comillas.
La Coteruca y el Hospital de Comillas cierran este extraordinario recorrido de monumentos modernistas.
El Capricho, la fachada principal del Cementerio, la Universidad Pontificia y el Palacio de Sobrellano han sido declarados Bienes de Interés Turístico.
Fotos:
El Capricho: Tirithel
Ángel Guardián: Rubén Díaz Caviedes
Palacio de Sobrellano: Sandstein
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