Ziro, el hogar de los Apatani

La India es un país con una extensa y milenaria cultura. No es extraño encontrar en su territorio maravillosos templos con siglos de existencia o tribus apenas conocidas por el resto del mundo. Una de estas tribus es la de los Apatani.

Mujer Apatani

Los Apatani viven en el estado de Arunachal Pradesh, un trozo de tierra disputado por China y la India y que además tiene frontera con Myanmar y con Bután, concretamente en torno a la ciudad de Ziro.
Dada la cercanía de tantas otras culturas, sería de suponer que los Apatani hubieran mezclado sus costumbres con las de sus vecinos, pero nada más lejos de la realidad. Esta curiosa tribu ha mantenido en el tiempo su identidad, siendo conocidos y diferenciados por dos motivos: su increible estética y su sistema de cultivo, increiblemente productivo.

Hombre Apatani

Las nuevas generaciones de Apatani ya no adornan sus caras, pero todavía es posible ver a muchas mujeres de Ziro con los enormes bloques de bambú que les perforan las aletas nasales y con tatuajes marcando sus rostros.
Estas marcas consisten en una raya vertical desde la frente hasta la punta de la nariz y cinco rayas debajo de la boca, también verticales. Los hombres igualmente se tatuaban, aunque de forma más discreta, solamente en la barbilla, en forma de T, y, quizás para compensar la falta de más adornos, llevaban una graciosa trenza en la frente.

Los Apatani son un pueblo que vive en plena integración con la naturaleza. Han sabido desarrollar un sistema de cultivo del arroz único que, sin ayuda de maquinaria ni productos químicos, se ha demostrado mucho más productivo que el de los países más avanzados.
Los humedales, provistos de agua gracias a numerosos canales, sirven para la agricultura y para la pesca y suponen tal grado de preservación ecológica que la UNESCO se ha interesado por esta zona con la intención de incluirla en su listado de Patrimonio de la Humanidad.

Casa Apatani

La mejor época para visitar Ziro es, sin duda, durante la celebración de alguno de los festivales tradicionales. El más importante el que se desarrolla en julio. En él se realizan ritos folklóricos y paganos relacionados con la agricultura y con los dioses de los Apatani, de la religión Donyi-Polo.
Esta creencia se basa en la adoración al sol y a la luna, entre otras deidades. También en la existencia de un antepasado común a todos los hombres: Abotani.

Por último decir que, aunque poco a poco pierdan muchas de sus señas de identidad, este pueblo de la India más remota sigue ofreciendo al viajero una visión increible de la vida y de sus ideas sobre integración con la naturaleza. Sólo por ello, merece la pena hacerles una visita.

 

Fotos: Rajkumar 1220

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