Brujas, en la región de Flandes, Bélgica, es una ciudad con más de 800 años de historia.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2000, y dos años más tarde, en el 2002, Capital Cultural Europea, junto con Salamanca, en España.
Cuenta con un marcado carácter medieval y es uno de los destinos ineludibles de Flandes. Lo más destacado de la Ciudad son los canales que unen Brujas con el mar. Una buena idea es recorrerlos a bordo de una barca.
El punto de partida para visitar Brujas puede ser la Plaza T’Zand, donde se encuentra la Oficina de Turismo. A partir de ahí se puede ir hacia la Plaza Walplein, donde se encuentra el Beaterio, que está habitado por monjas benedictinas y es del siglo XIII. En sus jardines se encuentra el célebre Minnewater o Lago del amor, un bucólico lago adornado por los cisnes que nadan en él y al que rodea una romántica leyenda. Cerca de allí está el Hospital de San Juan, del siglo XIV, en cuya iglesia se pueden ver cuadros de Hans Memling, famoso pintor flamenco.
Otros monumentos a destacar son la Catedral de San Salvador, del siglo XV, el Museo Groeninge, de pintura o el Ayuntamiento, aunque sin duda los puntos de mayor interés de la ciudad son la Grote Markt, centro neurálgico de Brujas, la Basílica de la Santa Sangre, en la Plaza del Burg, llamada así porque en ella se alberga una reliquia con la sangre de Cristo que un caballero local trajo de las cruzadas, y la Torre de Belfort, o Torre del Campanario, con 366 escalones, que todo viajero ha de subir.
Una de las fotos más típicas es la que que se puede tomar desde el Rozenhoedkaai, o Muelle del Rosario, por la noche, cuando se puede ver, como si de una estampa medieval se tratara, la Torre del Campanario reflejada en las aguas del Canal Dijver.
Hay algunos museos interesantes, como el del Diamante y el del Encaje.
En el plano gastronómico, Brujas es famosa por su delicioso chocolate, que cuenta con un museo propio y que se puede comprar en las múltiples chocolaterías de la ciudad, como Sukerbuyc. También es muy conocida su cerveza, la Brugse Zot, fabricada en la cervecería De Halve Maan. Hay incluso restaurantes que elaboran sus platos con esta bebida, como Den Dyber.
Algunos de los platos típicos belgas más famosos son los mosselen met fritten (mejillones con patatas fritas), el konijn (conejo a la cerveza), waterzolli (especie de sopa que lleva pollo o pescado con verduras) y las pannekoeken (crepes), entre otros.
Viajar a Brujas es relativamente fácil. La principal vía de llegada para los turistas de fuera de Bélgica es el avión. Si eliges este medio de transporte, puedes aterrizar en el aeropuerto de Bruselas o en el de Charleroi. Desde el primero se puede llegar a Brujas mediante un tren que sale del mismo aeropuerto, aunque no es directo y hay que hacer un transbordo. Desde Charleroi hay un autobús-lanzadera que hace el recorrido 4 veces al día.
Respecto al idioma, en todo Flandes se habla neerlandés o flamenco.
